Barcelona y el Mar

Barcelona y el Mar

Barcelona ha estado unido al mar desde siempre. Su barrio de pescadores, la Barceloneta, su Lonja del Mar, sus murallas con su entrada del pescado, la isla de Maians (desaprecida), las playas, el comercio (pero no con América que lo tenían prohibido) con Europa y Asia, el Castillo de Montjuic, sobre la montaña que defendía Mar y Tierra, desde el S XIX las Golondrinas…

Durante el S XX su puerto poco a poco se convirtió en uno de los más importantes de Europa. Eso conllevó que la pesca paulatinamente se trasladara a otras ciudades cercanas, siobre todo del Maresme y Garraf. Ahora la pesca es casi anecdótica, pero aún existe.

Se pretende hacer la Nueva Lonja del Pescado, al lado de la Torre del Reloj, que dispondría de una pasarela elevada, para que los curiosos puedan seguir la subasta del pescado.

El amor-odio que existe en Barcelona por parte de los turistas, creo que poco a poco se va acerdando más al amor que odio. La profunda transformación que ha sufrido el Puerto de Barcelona, a atracción turística, centro comercial y de ocio, ha causado más bien, que de pesca poquita. Debe quedar aún algún barco pesquero, pero no muchos.

Aún existe la Cofradía de pescadores de Barcelona, que muchos de ellos faenan en las Costas de Garraf, a bastantes millas marinas de la polución de la ciudad.

No hemos de dejar, que los pescadores de Barcelona caigan en el olvido y su faena en desuso por la presión turística y comercial del Puerto.

Recordad que la ciudad se está reivindicando como ciudad de playa (que la verdad no es ninguna maravilla). Una playa que han ido recuperando durante finales del siglo XX, de industrias agresivas con el ambiente (como Catalana de Gas, en su época, no ahora). De invasiones de pobreza barrios playeros como el Somorrostro, donde se crió un icono de la ciudad como Carmen Amaya. De construcciones y olvidos.

Para el 2004, Joan Clos y el Fórum de la Culturas, crearon un plan integral de recuperación de las playas y costas de Barcelona, que dura aún actualmente. Barcelona dejó de dar la espalda al mar y la integró entre sus gentes. No sólo una o dos playas, sino todo el litoral.

Una de las atracciones turísticas de la ciudad son sus Golondrinas. Desde 1888 dando servicio a la ciudad. Uno de los mejores recuerdos de mi infancia con mis abuelos y familia, que íbamos asiduamente. Si queréis subir y probar, están delante de la estatua de Colón.

Barcelona es mar, su olor a salitre y a veces a combustible. Con un gran puerto Comercial, Deportivo y uno pesquero pequeñito. Con sus barcos, veleros y un importante tráfico de cruceros de ocio. Barcelona no se entiende sin mar.

Incluso recordad, que durante muchísimos años, el mayor castigo de la ciudad aparte de la Forca (Horca) era el castigo de enviar a los reos a las galeras barcelonesas de comercio. La inmensa mayoría no volvía a pisar suelo firme. Morían en las naves. Hecho que no se habla, se intenta ocultar, pero que existió y está documentado.

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